La reinvención del rol de la mujer en las últimas décadas, gracias a la lucha incesante por la que ha tenido que atravesar, permite que hoy en día, existan más posibilidades de competir en diferentes arenas como la política, económica, científica, tecnológica, entre otras. Sin embargo, los índices de desigualdad a nivel mundial, continúan siendo preocupantes.
Según el Banco Mundial, en el informe La mujer, la empresa y el derecho 2022, solo en 12 economías del mundo, de 190, las mujeres tienen los mismos derechos jurídicos que los hombres, sin saber si realmente se cumplen en la cotidianidad. Y a pesar de ello, en el resto del planeta, las mujeres en promedio tienen tres cuartas partes de los derechos sobre los que tienen ellos. En temas como, la remuneración y la parentalidad, la brecha sigue siendo importante.
De acuerdo con el informe, el salario en promedio para las mujeres es de 68,9 puntos, respecto al de los hombres. Por su parte, el indicador de parentalidad, que se refiere a la relación entre las licencias paternas solicitadas frente a las de parentalidad compartida, es de 55,6 puntos. Las mujeres después de tener hijos, legalmente se ven afectadas en sus trabajos, ya que se considera que la responsabilidad del cuidado de los menores recae en ellas.
Abrirse paso en un mundo que ha sido liderado por hombres, en la mayoría de los casos de forma arbitraria, no es tarea fácil, pero no imposible. Se ha evidenciado, que las mujeres no necesitan ser secundadas por una figura masculina para alcanzar ser pioneras en diversos sectores económicos. Por lo tanto, a pesar de las barreras que tienen enfrente, cuentan con la fuerza para derribarlas y ser protagonistas de sus propias historias. Como mujeres, existe la responsabilidad de velar por lograr su independencia y la de generaciones próximas. Los grandes cambios en la sociedad, comienzan por pequeñas tareas o acciones que a simple vista podrían resultar menores, como algunas de las recomendadas por Onu Mujeres: denunciar casos de sexismo y acoso, ejercer tus derechos como mujer, consumir productos hechos por mujeres, como libros, películas, música; y enseñarles a las niñas, lo valiosas que son por su poder mental y afectivo.
En comunidad se deben promover actividades que reconozcan a las mujeres, en donde sean apoyadas las habilidades y cualidades propias y de la otra. Por ejemplo, si eres hábil en entrenamiento físico, comparte con las mujeres que te rodean, rutinas para activar el organismo, procurando mejorar la salud. Si eres abogada, comparte un par de horas con mujeres que requieren tu orientación para defenderse.
Para fortalecer la personalidad, se debe partir por la autoestima, para luego revisar y trabajar en áreas como la financiera, la laboral y la social. ¿Qué tal partir con un “cara a cara” en donde se diga lo bueno, lo bello y lo poderosas que pueden ser? A veces entre mujeres, o a sí mismas, se castigan con palabras que inconscientemente las van cercenando.
Para dar el primer paso, hacia un estado en el que cada mujer sea libre de elegir lo que quiere, es identificar el estado de su relación con el dinero, ya que en cierta medida, la independencia financiera, marcará la pauta para lograr sus sueños y propósitos.
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